La cota de anillas o cota de mallas es un tipo de armadura forjada de anillas, entrelazadas entre sí, que tuvo su apogeo en la edad media (la imagen del caballero del siglo XII, el cruzado, cubierto de cota de malla de la cabeza a los pies es un clásico), pero que se utilizó ampliamente desde tiempos romanos, sustituyendo en muchos casos al cuero o complementándolo.
Su protección es principalmente contra los cortes, ya que impide que el filo cause daños, al chocar contra la estructura de anillas, pero también es eficaz contra el impacto, al distribuir la fuerza entre la red, siempre que vaya provista de un buen acolchado o gambesón. Existen pruebas de que la cota de anillas remachadas aguanta con considerable eficacia también los impactos de flecha, soportando una gran parte de la fuerza penetrante del proyectil, antes de que las anillas se rompan.
Si quieres saber más sobre cómo elegir el tipo de cota que quieres y sus diferencias, hemos escrito un sencillo artículo en nuestro blog, al que puedes acceder desde el enlace de encima.
La armadura de mallas se combina en los siglos XV y XVI con las armaduras de placas, ya sea llevándose debajo de ésta o sólo para proteger las partes que requieren mayor movilidad, como las articulaciones.
Cae en desuso, finalmente, después de cientos de años, cuando las armas de fuego y la pólvora se extienden, ya que no podían detener los proyectiles.
Aún con todo, la cota de mallas ha sido una de las estrellas históricas en cuanto a armadura, debido a su gran flexibilidad y capacidad para adaptarse a la forma de su portador, permitiendo una muy considerable movilidad.
Dentro de nuestro catálogo, se pueden encontrar cotas de malla de acero, que son más baratas y pesadas, y de aluminio remachado, mucho más ligeras, pensadas para las personas que no deseen cargar con todo ese peso pero sí conservar el aspecto y tacto del metal. Es muy demandada por especialistas de combate o para el público femenino.